La imagen corporativa de una empresa es la percepción pública de la marca, la administración puede ayudar a darle fuerza a la marca, diciéndole al público qué tipo de compañía es, a través del marketing y la publicidad.
Pero lo que realmente fortalece la imagen o identidad corporativa de una empresa son las acciones de esta; como el buen desempeño financiero, el desarrollo de productos y servicios innovadores y de calidad, desarrollar actividades comerciales de manera éticas, operar de manera lineal con sus valores, responder de forma adecuada a las críticas, brindar un servicio al cliente potencial, tratar a sus empleados con dignidad y respeto.
Todas estas acciones fortalecen el trabajo del marketing con respecto a la marca, además de ser la forma más efectiva y confiable, especialmente cuando el Internet ha permitido que todas las marcas griten por la atención de su audiencia hoy en día.
El desarrollo de una imagen empresarial llamativa también abre más oportunidades para testimonios de clientes, estudios de casos, reseñas de productos y beneficios que pueden proporcionar la prueba social necesaria para ganarse la confianza de nuevos clientes.
¿Por qué la imagen corporativa es más importante que antes?
Hoy en día, la mayoría de la gente apoya las marcas que comparten los mismos valores que ellos, y al dar a conocer al mundo sus creencias, pueden fortalecer una imagen ideal de sí mismos dentro de su círculo social y de sus propias mentes.
De acuerdo con un estudio de responsabilidad social corporativa de Cone Communications, el 88% de los adultos de EE.UU. dijeron que dejarían de comprar productos de una compañía que utiliza prácticas comerciales irresponsables o engañosas.
Además, Opinion Research descubrió que el 87% de los clientes elegirían un producto de una marca con una mejor reputación, incluso si el producto de las marcas de la competencia tuviese las mismas cualidades.

3 maneras de reforzar la imagen corporativa
1. Identifique el propósito de la empresa.
Si realmente se quiere construir una imagen fiel para una marca y, a su vez, fortalecer su reputación, el mensaje central de la empresa debe centrarse en su propósito, no en cómo hacer su producto o lo que es su producto, sin embargo, esta noción de que la gente compra el «por qué» detrás de su organización, no el «qué» o el «cómo», no es una tendencia idealista que se está extendiendo en el mundo de los negocios hoy en día, en realidad, está enraizado en la biología humana.
Para explicarlo mejor, la parte más primaria del cerebro se llama el sistema límbico, y controla toda la toma de decisiones, también controla todas nuestras emociones y sentimientos, por lo tanto, la repercusión con la audiencia de la marca también atraerá a la parte del cerebro que es responsable de la acción, en otras palabras, si se pueden evocar emociones, se puede conducir el comportamiento deseado.
Transmitir un propósito claro y convincente a través de todas las acciones de su marca forjará la conexión emocional necesaria para persuadir a la audiencia de que lo apoye, y cuanta más gente lo apoye, más fuerte será su reputación.
2. Asegurarse de poder cumplir lo planeado
A veces, las marcas que quieren implementar la idea de ser una empresa orientada a la misión, no se adhieren a los valores que afirman que les apasionan tanto, pero a pesar de ser una empresa con una orientación casi misionera puede atraer a nuevos clientes, aun que una vez que descubren su hipocresía, es casi imposible retenerlos.
Un estudio de psicología de Yale sugiere que resaltar su moralidad es esencialmente un atajo para alcanzar un estatus alto. Sin embargo, si la gente se da cuenta de que en realidad no se tienen los rasgos que le hicieron subir en la escala social, perderán la confianza en la marca y responderán con dureza a su engaño.
Así que antes de empezar a presumir de la dedicación de la empresa para poner al cliente en primer lugar, hay que asegurarse de que las acciones están realmente alineadas con estos valores, o de que tiene un plan para hacerlo.
3. Aceptar los errores
Incluso las marcas más inteligentes cometen errores, pero lo que separa a las buenas empresas de las grandes es su capacidad para admitir que están equivocadas y cambiar de rumbo a la luz de la nueva información, desafortunadamente muchas compañías no admiten sus errores o cambian de opinión, incluso si es la elección correcta, porque tienen demasiado orgullo o no quieren parecer débiles.
Sin embargo, el admitir estar equivocado en realidad requiere mucha fuerza tan sólo porque se ha invertido mucho tiempo o esfuerzo en alguna iniciativa, “Si usted es dueño de su error y lo corrige, en lugar de culpar a factores externos, sus clientes comprenderán la razón de su decisión y apreciarán su honestidad y humildad”.
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