¿Qué es la Cultura Organizacional?

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El concepto de cultura organizacional es todo lo que involucra la rutina de una empresa y funciona como una guía para orientar el comportamiento y la mentalidad de sus miembros, es decir: sus prácticas, hábitos, comportamientos, símbolos, valores, principios, creencias, ceremonias, políticas, sistemas, etc.

Por lo tanto, pensando que la cultura organizacional es algo muy amplio, lo primero que hay que hacer es establecer cómo será esta sociedad. Esto incluye qué idioma hablará, qué prácticas están bien consideradas, qué hábitos pertenecen a este grupo en particular.

Esta estandarización es en gran medida una consecuencia de la visión de los primeros miembros de una empresa para el negocio.

La cultura organizacional también es conocida como cultura corporativa.

Y aunque la cultura de una empresa está constantemente conformada por cada miembro que se une al equipo; al final del día, quienes dictarán hacia dónde va la organización, son las personas con mayor influencia.

¿Cuáles son las características de la cultura organizacional?

La cultura organizacional es mucho más compleja de lo que imaginamos, ya que se compone de características que van mucho más allá de lo que es visible y perceptible por los empleados de una empresa.

Sin embargo, para que sea medible, se han creado algunas características básicas que captan los principales aspectos que conforman la cultura corporativa.

Innovación y toma de riesgos

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Esta es una de las principales características que deben analizarse al definir la cultura organizacional de su empresa, ya que mide cuánto se anima a los empleados a innovar y a asumir riesgos.

Muestra si la empresa está alineada con las prácticas innovadoras o simplemente está parada en el tiempo, atascada en procesos burocráticos y sin mucho espacio para que los empleados ejerzan su creatividad.

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Atención a los detalles

Otro elemento de la cultura organizacional es la atención al detalle, es decir, la forma en que los empleados de una empresa prestan atención a los procesos y al trabajo realizados.

Esta característica de la cultura corporativa es muy importante porque muestra cuán competente y comprometida es la empresa para proporcionar un servicio de calidad en todas las áreas.

Además, cabe mencionar que los lugares de trabajo que prestan mayor atención a los detalles suelen buscar empleados más analíticos que son muy dedicados y organizados.

Orientado a los resultados

Es una verdad universal que toda empresa busca resultados. Sin embargo, el grado de compromiso de cada uno de ellos es uno de los elementos definitorios de la cultura organizacional.

Además, la forma en que esta empresa trabaja en la búsqueda de estos resultados también tiene mucho impacto organizativo, ya que también es una parte importante del proceso de obtención de resultados y de la mentalidad de los empleados.

La orientación de la gente

La orientación hacia las personas es otro rasgo fuertemente definitorio de la cultura organizacional que surge del proceso de reclutamiento y selección, y se extiende a todas las áreas de la empresa.

Se define por el grado en que una empresa se compromete a prestar atención a la forma en que los procesos afectan a las personas en el lugar de trabajo, así como a los papeles que desempeñan.

De esta manera, las empresas con un mayor nivel de orientación hacia las personas tienden a ser ambientes de trabajo más saludables para los empleados, ya que realmente se preocupan por sus condiciones de trabajo en la empresa.

Orientación del equipo

Al analizar los elementos que componen la cultura organizacional, cabe destacar la importancia de la orientación de equipo para tener una cultura organizacional fuerte y positiva.

Se refiere a la forma en que se organizan las actividades laborales y cómo los empleados trabajan en equipo, analizando la cohesión entre los individuos dentro de la empresa.

Esta característica es muy interesante porque cuanto más presente esté en la cultura de la empresa, mayor será la productividad y más fácil será realizar actividades complejas y, en consecuencia, lograr resultados.

Agresividad

La agresividad es una de las características más complejas de analizar cuando se trata de la cultura de una empresa. Esto se debe a que se relaciona con lo mucho que la gente piensa fuera y es competitiva.

Por lo general, esta característica se relaciona con otras, como la cuestión de que la empresa se centre en los resultados, ya que cuanto más rápidamente quiera una empresa alcanzar sus objetivos, más agresiva será.

Sin embargo, esta característica no debe confundirse con la agresividad de las personas, que es algo negativo en cualquier clima de organización. La agresividad sólo debe utilizarse en relación con las metas y objetivos para que sea positiva.

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¿Qué tipo de cultura organizacional?

Charles Handy, el teórico que acuñó el término cultura organizacional, ha delimitado 4 tipos de culturas organizacionales que pueden presentarse en la empresa.

Aunque cada empresa tiene una cultura única, los tipos definidos por Handy ayudan a facilitar la comprensión del modelo adoptado por cada tipo de empresa, facilitando la visualización de los objetivos centrales de cada modelo.

Entonces, ¿cuáles son los tipos de cultura organizacional? Conózcalos en detalle a continuación:

La cultura del poder

La cultura del poder es uno de los modelos adoptados por muchas empresas hoy en día, aunque algunos teóricos la consideran obsoleta. Este tipo de cultura organizacional se centra en el liderazgo individual con concentración de poder.

Por lo general, la cultura del poder está presente en las empresas más pequeñas, ya que tiene un control muy centralizado. Además, en este contexto es común que haya mucha competencia, ya que el foco de estas empresas es el resultado.

Por lo tanto, muchas veces puede ser desagradable y agotador trabajar en empresas con este tipo de cultura organizacional, ya que los desacuerdos entre los empleados son frecuentes y porque existen barreras en lo que respecta a la innovación.

Otra desventaja es que en la cultura del poder las recompensas no se dan por méritos, sino por el nivel de simpatía que el líder tiene por el empleado. Esto suele inspirar el individualismo y disminuye el trabajo en equipo.

Por lo tanto, en este tipo de cultura corporativa, es posible que la empresa crezca, sin embargo, no suele persistir, ya que los conflictos obstaculizan el buen desarrollo y los resultados.

La cultura de los roles

En este tipo de cultura organizacional el foco está en el desempeño de los empleados, con roles muy bien distribuidos y moldeados en la estructura de la empresa. En este contexto, no hay lugar para la innovación y la proactividad.

Como resultado, este modelo de cultura empresarial se vuelve muy burocrático y lento, perdiendo en productividad y resultados.

Además, como los papeles en la empresa son muy fijos, no hay perspectivas de crecimiento en la jerarquía empresarial, lo que deja a los empleados exhaustos y desmotivados.

Muchas empresas suelen optar por este modelo para aclarar los procesos y funciones de trabajo a fin de evitar accidentes, pero terminan por no pensar en las consecuencias negativas de esta cultura organizacional en el proceso.

Cultura de la tarea

En la cultura de las tareas, como el nombre ya denota, el objetivo es que se realicen actividades. Por lo tanto, uno de los elementos de esta cultura organizacional es obtener profesionales cualificados y especializados.

En este contexto, los empleados son muy capaces de hacer frente a los problemas cotidianos y el ritmo de la empresa se define de acuerdo con los acontecimientos del momento.

Por lo tanto, es una cultura flexible, que puede ser muy beneficiosa y motivadora para los empleados, generando más motivación diaria.

Otro aspecto positivo es que en este tipo de cultura corporativa se valora mucho la creatividad, ya que el enfoque es siempre buscar nuevas formas de llegar a una solución del problema.

La cultura de la gente

cultura corporativa

Este tipo de cultura organizacional está representada por los empleados y suele ser muy positiva y motivadora para los empleados de la empresa.

En este contexto, hay una integración mucho mayor entre los empleados, así como un enfoque en la gestión de las personas, lo que abre grandes posibilidades de evolución y crecimiento dentro de la empresa.

Además, es un entorno que estimula la innovación y se basa en una mayor flexibilidad. Todo esto es parte de una estrategia que busca la retención del talento y la formación de líderes dentro de la empresa.

Además, hay una constante preocupación por el bienestar del empleado. Sin embargo, este tipo de empresa no puede dejar de tener en cuenta los resultados y otros aspectos importantes, como la relación con los clientes.

Por último, cabe mencionar que las empresas que adoptan este modelo de cultura organizacional suelen ser más recientes y con modelos de gestión más modernos, como las empresas de nueva creación.

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