El comportamiento organizacional se deriva del comportamiento individual de cada profesional que labora dentro de una empresa, asumiendo que cada empleado posee una influencia sobre toda el grupo, esto lleva a que se analice cómo contribuyen a la cultura de la empresa.
Aquí se estudian todos los factores que pueden formar el comportamiento del individuo. Algunos ejemplos son las habilidades, la productividad, las capacidades y las motivaciones.
Así, el estudio individual traza un mapa de las influencias presentes en la empresa, determinando lo que se puede mejorar para proporcionar un entorno más humano y armonioso.
Otro beneficio de conocer el comportamiento individual es manejar la cantidad y complejidad de las actividades delegadas a cada empleado. De esta manera la distribución es más eficiente y consistente con los talentos y habilidades de cada uno.
Los niveles de comportamiento organizacional
Para entender mejor el comportamiento organizacional, pensadores como Chiavenato y Robbins lo dividieron en tres niveles diferentes. A continuación, encontrará una explicación detallada de cada uno de ellos:
A nivel individual
Se trata del estudio de los fundamentos de la conducta personal. Por ejemplo, abarca los valores, actitudes y percepciones de cada empleado.
Esta perspectiva también estudia el papel de la personalidad y las emociones en el comportamiento organizativo. La motivación individual y el proceso de toma de decisiones también influyen en este nivel.
A nivel de grupo
En este nivel, los modelos de comportamiento del grupo son reunidos. En otras palabras, se abordan temas relacionados como la comunicación y la toma de decisiones en grupo. Además, esta perspectiva también abarca la dinámica del liderazgo, la confianza, el poder y la política.
También se incluyen dentro de este nivel los sistemas de resolución de conflictos y de negociación entre los empleados.
A nivel de negocios
No sólo de las personas se hace el comportamiento organizativo, la estructura, los valores y la cultura de una empresa son también puntos de estudio.
Tanto los empleados como sus directores tienen repercusiones directas en la conducta, las costumbres y el desarrollo de la organización. Conocer y comprender el entorno de trabajo ayuda a mantener un espacio armonioso, con personas motivadas y trabajo interrelacionado.
Cuando se presta la debida atención al comportamiento organizacional, se facilita el mantenimiento y la mejora de los procesos de gestión dentro de la empresa. Esto se debe a que los líderes, por ejemplo, son capaces de predecir y evitar problemas individuales o colectivos frente a los empleados, o bien estructurar métodos de liderazgo y estrategias de gestión más eficaces para lograr los objetivos y resultados deseados.
Características básicas del comportamiento organizacional
La esencia del buen comportamiento organizativo se divide en dos pilares: la ética y la responsabilidad:
Ética
El comportamiento organizativo ético está relacionado con el cumplimiento de las normas establecidas por la empresa. Se presentan a los empleados a través del código de ética.
En este documento, el empleado tiene acceso a los derechos y deberes dentro de la empresa, la decisión de seguir estas actividades o no refleja su comportamiento individual.
En este contexto organizativo, puede tratarse, por ejemplo, de respetar a los compañeros de trabajo y no revelar información confidencial como los detalles de un producto o proceso.
Responsabilidad
La responsabilidad es el comportamiento organizativo más deseado por las empresas. Es la cultura en la que los empleados son conscientes de lo que debe hacerse.
Esto va más allá de satisfacer una demanda a tiempo. Implica aspectos como vestirse adecuadamente, cuidar los bienes de la empresa y apagar las luces al salir de su oficina.
De hecho, la responsabilidad implica varias actitudes simples que marcan la diferencia dentro de una empresa.
Criterios para evaluar el comportamiento individual
El buen comportamiento organizativo es el resultado de la suma de los comportamientos individuales de los profesionales de una empresa.
Con los siguientes criterios, es posible hacer una evaluación del comportamiento individual de cada profesional.
- Motivación y compromiso en los proyectos.
- Número de inasistencias.
- Rendimiento y resultados de la rutina.
- Nivel de compromiso con los colegas.
- Nivel de compromiso con sus responsabilidades.
- Innovación y sugerencia de ideas.
- Nivel de proactividad y sentido de colaboración.
- Inteligencia emocional.
- Grado de adaptación al cambio.
- Organización en la rutina de trabajo.
- Compromiso con la misión, visión y valores de los profesionales.
Gran contenido, sigan así ayudando a la gente a entender mejor estos temas 🙂