Antes de que des un paso atrás y lo abandones, debes darte cuenta de que administrar un proyecto básicamente significa emplear una serie de herramientas, conocimientos, técnicas y habilidades con el fin de ayudarte a alcanzar una serie de requisitos definidos, en este momento te debes estar preguntando, ¿cómo puedo aplicar lo anterior en el proyecto de mi vida?, y eso es lo que veremos a continuación.
Puedes hacer realidad tus sueños, si inviertes el tiempo necesario para proyectar y manejar tu vida.
1. Definir necesidades y prioridades
¿Qué esperas obtener de este proyecto? ¿Qué es lo que deseas lograr? No es necesario que respondas estas incógnitas en términos del principio rector de tu vida, estas son preguntas que abarcan mucho más que eso, es necesario dividir esto en unas cuantas áreas clave y determinar qué es lo que deseas obtener de cada uno de ellos, por ejemplos las áreas podrían incluir: finanzas, familia, amigos, salud, carrera, hogar, etc.
Posteriormente, piensa en lo que quiere alcanzar en cada una de estas áreas y cuáles son las que quieres trabajar principalmente, así mismo tienes que plantear unos objetivos SMART, finalmente de este modo, podrás darte cuenta cuando hallas alcanzado el éxito.
En cuanto al tiempo es necesario reducir el alcance del proyecto a un de plazo de entre 1 a máximo 5 años, de esta manera puede que cumplir los objetivos sea menos abrumador, sin embargo esto dependerá de cada persona.
2. Tener en cuenta las preocupaciones y expectativas de los demás.
Si en determinado momento decides que quieres trasladarte a otra localidad y esto implica a tu familia, entonces ellos se verán afectadas por tu decisión, por otro lado, si deseas dejar de fumar y posees la certeza de que esto te va a poner de mal humor en el trabajo, tus compañeros son tus partes interesadas.
Debes pensar y ser consciente en cómo tus requerimientos tendrán un impacto en otras personas y lo que estos podrían hacer para tratar esos asuntos. Es necesario verificar constantemente con tus grupos de interés que las líneas de comunicación estén abiertas y toda marcha de manera correcta. Por último, debes recordar que la principal parte interesada eres tú mismo.
3. Gestionar las restricciones.
Es necesario que identifiques diferentes limitaciones para tener éxito en el proyecto, incluyendo aspectos como: los costos, el alcance, los recursos, el cronograma, la calidad y el riesgo, Pero también puede ser más fácil aún considerar estas limitaciones en términos de un ejemplo de proyecto específico, como lo podría ser la pérdida de peso. Pregúntate lo siguiente:
- ¿Cuál es el verdadero alcance del proyecto? ¿Cuánto peso deseas perder?
- ¿De cuánto tiempo dispondrás para alcanzar la meta? ¿Realmente deseas perder dos kilos para poder usar ese pantalón que tanto te gusta? ¿O lo que estás tratando es perder peso a largo plazo para estar más saludable?
- ¿Qué costo tendrá? ¿Vas a pagar una membresía en un gimnasio? ¿Entrenador personal? ¿Nutricionista? ¿Cuánto sería el dinero máximo presupuestado para alcanzar este objetivo?
- ¿Qué estándares de calidad piensas aplicar? Por ejemplo, ¿bajaras de peso de cualquier manera necesaria, o sólo si estás comiendo de manera saludablemente?
- ¿Quién hará parte del proyecto? ¿Tú? ¿Otros integrantes de la familia, compañeros o amigos? ¿Esta meta tiene más importancia o menos que otras metas ya establecidas?
- ¿Qué riesgos podrán que representarán una amenaza para tu meta? ¿Cómo afrontarás esos riesgos?
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