Cuando se tienen en cuenta las problemáticas económicas, se deben distinguir los problemas de hechos de los problemas de justicia. La economía positiva describe los hechos de una economía, por otro lado, la economía normativa se refiere a los juicios de valor.
La economía positiva analiza incógnitas como: ¿por qué los médicos ganan más que los jardineros? ¿El libre comercio aumenta o reduce los salarios de la mayoría de la población? ¿cuál es el efecto de los computadores sobre la productividad empresarial? A pesar de que estas incógnitas son complejas de responder, todas se pueden solucionar con base en el análisis y la evidencia empírica, lo cual las posiciona en el dominio de la economía positiva.
La economía normativa engloba aspectos éticos y normas de justicia: ¿Se les debe exigir a las personas pobres que laboren si desean obtener ayuda por parte del estado? ¿Deberá elevarse el desempleo para asegurar que la inflación no se dispare rápidamente? ¿Se deben segmentar las empresas que violen las leyes de antimonopolio? En este caso no hay respuesta equivocada o correcta para estas preguntas, puesto que comprenden ética y valores, pero no involucran hechos. La forma de resolverlas es mediante un debate y por decisión política, más no se podría solo con base en el análisis económico.