Hasta principios del siglo XX, la administración evolucionó en pequeños pasos y muy lentamente, el surgimiento y la consolidación de la economía capitalista industrial se produjo de manera muy gradual, comenzó con el declive de las bases del sistema feudal, seguido por el surgimiento de la producción manufacturera y las corporaciones artesanales que generaron el consiguiente surgimiento de la burguesía mercantil como clase dominante y la consolidación del Estado Absoluto apoyado por ella.
Al darse cuenta de que el poder real y absoluto de los monarcas frenaba su crecimiento, esta misma burguesía comenzó a defender las teorías del liberalismo económico e incluso logró consolidar su poder.
Gradualmente, los gremios comerciales comenzaron a ser reemplazados por el trabajo asalariado entre los siglos XVI y XVIII. Sólo después de una mayor modernización de la sociedad a través de la Revolución Industrial comenzó el pensamiento administrativo.
Fue en este contexto entre los siglos XIX y XX que los Estados Unidos se convirtieron en la principal potencia industrial del planeta. Simultáneamente, se convirtieron en la cuna para el surgimiento de una de las primeras teorías de administración: la Administración Científica (Taylorismo).
Las teorías de la administración pueden agruparse según su énfasis (en tareas, estructura, personas, medio ambiente y tecnología). Es importante destacar que las teorías no se contradicen entre sí, sino que se complementan, puede haber una crítica de los conceptos defendidos por una teoría anterior, sin embargo, esta crítica generará el desarrollo de proposiciones más complejas, pero que todavía integran mucho de lo que se defendía anteriormente de una manera mejorada.
Principales teorías de la administración
Las principales teorías administrativas son:
Administración Científica (Taylorismo)
Con énfasis en las tareas, buscaba la racionalización del trabajo a nivel operativo, es decir, se centraba en el empleado, aunque presentaba como ventajas la productividad y la eficiencia, no tenía en cuenta las necesidades sociales de los empleados.
Teoría Burocrática (Weber)
Con énfasis en la estructura, apuntaba a la racionalidad organizativa y a la organización formal (basada en reglas y normas). Se centró en toda la organización, era muy rígido y lento, aunque sus ventajas eran la consistencia y la eficiencia.
Teoría Clásica (Fayol)
También tenía énfasis en la estructura, sin embargo, el enfoque estaba en el gerente (visión de arriba hacia abajo). Defendió la planificación como una de las principales funciones del gerente, enfatizo en 14 principios de la administración que serán la clave para una correcta gestión.
📙Lectura recomendada
Biografía de Henry Fayol
Teoría de las Relaciones Humanas
Como el nombre ya indica, su énfasis estaba en las personas, partiendo de la experiencia de Hawthorne (análisis de las relaciones de productividad con la iluminación de la fábrica de electrónica de Hawthorne), abogó por un enfoque en la organización informal, la comunicación, el liderazgo, la motivación y la dinámica de grupo.
Teoría estructuralista
Enfatiza tanto la estructura como en el ambiente organizacional, como tal, tiene un enfoque plural que considera la organización, tanto en sus aspectos formales como informales, y también el entorno y la forma en que la organización interactúa y aprende de él.
Teoría Neoclásica
Énfasis en la estructura, se basa en la práctica de la administración, en la reafirmación de los principios de la teoría clásica y general de la administración, pero de forma redimensionada.
Teoría del comportamiento
Énfasis en la gente, presenta un enfoque conductista, aunque se deriva de la Teoría de las Relaciones Humanas, ofrece una visión del comportamiento insertada en el contexto organizativo.
Teoría de Contingencia
Énfasis en el medio ambiente y la tecnología, defiende tanto que no hay una mejor manera de organizarse, pero también que una manera de organizarse puede no ser eficaz de la misma manera en todas las situaciones.